Juan Manuel Domínguez (Madrid, 1945), más conocido entre sus allegados y compañeros de sector como Domingo, es fotógrafo y diseñador. Fue él quien se encargó de ilustrar las fantásticas y ya míticas portadas de la editorial Júcar durante buena parte de la década de los 70. Entre otras, le fueron asignadas las portadas de Exterminador, Yonqui, Nova Express y El almuerzo desnudo. Hemos tenido el enorme placer de entrevistarlo en exclusiva para nuestra serie de entradas dedicada al centenario de William S. Burroughs, y que nos desvele así algunos detalles de cómo se elaboraron estas indelebles imágenes.
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¿Cómo y cuándo surgió la propuesta de trabajar para Júcar? ¿Qué venía de hacer anteriormente?
A mediados de los años 60 había ingresado en la Escuela de Arquitectura de la UCM, donde cursé dos años. No terminé los estudios, pero durante ese periodo me interesé por el diseño industrial y el diseño gráfico. Con otros tres amigos monté en 1970 el estudio de diseño industrial Gestalt, con claras influencias de la Bauhaus. Los integrantes éramos: Juan Ariño, Diego Lara, Luis Romeo y yo. Este proyecto duró un año; lo tuvimos que abandonar por cuestiones económicas. Por esa época también me inicié en la fotografía, ya que mi padre era el fotógrafo oficial del Museo Arqueológico Nacional de Madrid y en gran parte también del Museo del Prado. Digo en gran parte porque aunque el Museo del Prado tenía un fotógrafo, cualquier investigador, editorial, etc., que quería una reproducción de un cuadro se lo encargaba a él, ya que mi padre era un maestro consumado en esta disciplina. En numerosas ocasiones le serví de ayudante para fotografiar Las Meninas, los Rubens, los Tiziano etc. Todo esto me sirvió mucho en mi posterior vida profesional como fotógrafo.
Empecé haciendo diseño gráfico en la editorial de mi amigo José Luis Artiach ((Artiach Editorial, una de las 12 editoriales incluidas en la lista negra «Editoriales conflictivas» elaborada por la Dirección General de Cultura Popular y la Dirección General de Seguridad en 1974. NdA.)) como portadista, luego tomé contacto con Silverio Cañada de la Editorial Júcar, que a su vez me presentó a María Calonje, a Mariano Antolín y a José Caballero Bonald, para encargarme del diseño de las portadas y colecciones de la editorial Júcar. Lo primero que se me encargó fue reformar la colección Los Juglares, que ya estaba en marcha, dirigida por Jesús Ordovás. Más adelante empecé a diseñar otras colecciones tales como Azanca, Poesía, Los Juglares Especiales, Júcar Jazz, Biblioteca Histórica del Socialismo, Crónica General de España, etc.
¿Qué referentes tenía por entonces? ¿Le dieron alguna indicación desde la editorial?
En cuanto a las referencias la verdad es que no he tenido ninguna en concreto y sí muchas en general. Era como una esponja que trataba de absorber cualquier cosa que me gustara. Por decir alguien: Milton Glaser y algunas cosas de Andy Warhol, porque mezclaba la fotografía y el dibujo de una manera muy atractiva. Procuro poner siempre algo de ironía en mis diseños e ilustraciones consiguiéndolo una veces más que otras. En Júcar siempre fui bien tratado, desde Silverio Cañada, pasando por Mariano Antolín, Caballero Bonald y María Calonje con la que trataba directamente el tema de las portadas y que me hacía sentirme muy respetado. Era de alabar la libertad que me daban para el diseño de las colecciones y el tipo de ilustración que iba en cada una de ellas.
Comenta en su sitio web que la portada de Yonqui fue censurada. ¿Recuerda algún detalle de este incidente?
Recuerdo perfectamente que la cubierta, después de presentarla en la editorial, la guarde en un cajón durante bastante tiempo porque hubo problemas con la publicación del libro. Corrían los años de finales de los 70… El libro se publicó en 1978 con Suárez ya presidente.
¿Estaba familiarizado con la obra de Burrouhgs ya por entonces?
De Burroughs conocía El almuerzo desnudo, que posteriormente también publicó Júcar en la misma colección.
¿Trataba de exponer aquello que le transmitían los libros? ¿Qué técnicas utilizaba?
Los diseñadores de cubiertas de libros, en contra de la opinión generalizada de que nos tenemos que leer el texto para hacer la cubierta, no nos leemos nada más que el texto de contracubierta, por lo menos en mi caso ya era suficiente para inspirarme. Es más, un exceso de información puede ser hasta perjudicial. Concretamente en Yonqui, fui muy directo con la ilustración buscando la crudeza del acto de pincharse. Por cierto, el modelo para la foto fui yo mismo. La hice con trípode y disparo retardado. La jeringuilla no es la que utilizan los consumidores de heroína, la de la foto no es la apropiada (muy grande) pero en aquella época era complicado encontrar una jeringuilla ya que en las farmacias sólo se vendían con receta. Una amiga enfermera me consiguió esta, que era como para poner una inyección a un caballo. La foto la hice en blanco y negro, virada a sepia, y luego la coloree con unas acuarelas especiales para fotografías.
De todas esas portadas, ¿cuál es su favorita?
La portada de El almuerzo desnudo, junto con las de Yonqui y Escupiré sobre vuestras tumbas de Boris Vian son las que más satisfacción me producen de todas las que hice para Azanca Júcar. No sabría decir cuál de las tres me gusta más. Cada una me trae recuerdos de la búsqueda del motivo y momentos vitales de entonces. Esa fase de búsqueda de lo que vas a poner o no es de lo mas excitante y a la vez también de lo mas estresante; es un estado muy curioso de pasarlo bien y mal a la vez. Recuerdo que para El almuerzo desnudo hice la fotografía en la casa de una amiga que acababa de mudarse a la Plaza Mayor, y que estaba en obras. Encontré un rincón en una de las habitaciones y puse los elementos que en la foto se ven en el suelo, teniendo muy en cuenta las proporciones de la toma para que se acoplara al diseño de la colección, tanto en la portada como en la contraportada.
¿Qué recuerda de la portada de ¡Exterminador!, el título que va a reeditar Libros Crudos?
Esta cubierta la realicé con un montaje de varias fotografías de personajes. Estos cuerpos tirados en un terreno con aspecto lunar somos en realidad tres personas, un amigo, una chica que por aquella época era mi pareja y yo (en la parte superior izquierda y en la superior derecha). La fotografía del terreno ya la tenía hecha de un viaje a Menorca y, basándome en su luz y la dirección de las sombras de las piedras, hice las fotos de los personajes en diferentes posturas y con diferente ropa para que parecieran más víctimas de los que en realidad éramos. Por esa época el Photoshop no existía y me fue bastante complicado el recortar las figuras y los insectos para darle un aspecto realista; pero conseguí lo que más me interesaba: crear un ambiente de desolación.
Antón López.
Magnífica entrevista. Interesante y muy útil. Muchísimas gracias.
Lástima que en la actualidad no se editen en españa estas obras con las contrapartidas originales de Domingo.
Juan Marí Rotger
He aquí la imagen de la página de copyright que nos envió Juan Carlos Usó (hacer clic sobre ella para ampliar):
Como se puede apreciar, la fecha de la primera edición es de mayo de 1976 (si nos hemos de fiar del editor, que no siempre es lo aconsejable), por lo que la portada mencionada por Juan Manuel Domínguez sí vio la luz antes de 1978. Él mismo nos aportó estos comentarios posteriormente al inciso de Juan Carlos Usó:
«[Por consultas que hice] puse la fecha de 1978, aunque yo tenía la idea de que había sido en el año 1976, hecho que se aclara con las imágenes de la ficha técnica del libro. Por tanto cuando se hizo la primera edición fue con el gobierno de Arias Navarro. El gobierno de Arias duró hasta el 1 de julio de 1976 que dimite ante el rey y el libro se publicó en mayo de 1976.
»Lo que sí recuerdo con claridad es que mi original de la portada lo tuve guardado en una carpeta en mi estudio durante un tiempo (tiempo que no sé precisar). Es posible que la idea de publicar el libro en la editorial fuera en el 1975, de ahí el recuero claro que tengo de tener el original aparcado en una carpeta durante un tiempo.
»También recuerdo lo que cuenta Mariano Antolín en su entrevista, de la presentación por parte de la editorial Júcar de la imagen de la portada a los libreros y el estupor y rechazo que causo. Esto indica que la editorial tuvo problemas con la edición».
Una puntualización sobre la publicación de «Yonqui»: la 1ª ed. está fechada en mayo de 1976; justo un año después, en mayo de 1977, apareció la 2ª ed.
Gran apunte Juan Carlos. ¿No tendrás por casualidad una imagen de la página de copyright de esa edición y de su portada? Muy agradecido en el nombre del rigor.