En Libros Crudos seguimos celebrando por todo lo alto el centenario de William S. Burroughs, autor fundamental en la renovación literaria del s. XX y del cual publicaremos el próximo 7 de abril la colección de relatos ¡Exterminador!, acompañada por El affaire de Burroughs y Warhol, libro de diálogos orquestado por el biógrafo Victor Bockris.
Uno de los hallazgos más celebrados de Burrouhgs, por el cual sigue siendo recordado hoy día, fue la deconstrucción narrativa llevada a cabo gracias a la utilización de la técnica cut-up en la literatura.
En realidad fue Brion Gysin quien descubrió accidentalmente esta técnica, manipulando una hoja de afeitar Stanley sobre unos periódicos que protegían su mesa de rayones mientras seccionaba otros papeles sobre ellos. Los recortes de periódico que afloraron supusieron la pila bautismal del cut-up, en cuya sencillez radica su inmenso potencial:
- Escribir y/o compilar.
- Recortar al azar (líneas, frases o incluso palabras sueltas).
- Reordenar.
Azarosa vía que enlaza con las corrientes y técnicas orientales, muy en boga dentro de las artes y las nuevas ciencias desde finales del s. XIX con el I ching como máximo exponente, el cut-up, al igual que este, zancadillea el raciocinio del autor para caer de bruces en nuevas formas y fondos, o como decían los propios Gysin y Burroughs, para revelar el verdadero significado de un texto.
En 1959 Gysin le mostró a Burroughs su método en el Beat Hotel de París, y este quedó maravillado. De hecho, esta suerte de algoritmo metanarrativo iba como anillo al dedo a la robótica personalidad del Lonesome Cowboy Bill y a la ascendencia computacional de su familia. Burroughs y Gysin utilizaron esta técnica no solo en textos sino también en grabaciones audio, buscando ese sentido esencial de las obras, e incluso proponiéndolo Burroughs como método para adivinar el futuro.
Utilizado notoriamente en El almuerzo desnudo y muy popular desde entonces, el cut-up fue adoptado sucesivamente por innumerables autores, incluidos Julio Cortazar en Rayuela. Revolución que pulverizó esquemas no solo en literatura, el cut-up saltó a la música: The Rolling Stones, David Bowie y, más recientemente, Kurt Cobain, Radiohead y otros muchos artistas tomaron prestado este procedimiento para componer su obra.
Ahora, su principio básico se puede reproducir con unos pocos clics en esta aplicación online, la Cut-up Machine. Lógicamente, la calidad de los resultados finales dependerá de la habilidad de quien maneje este atomizador del lenguaje y sus ganas de desarrollar la experiencia, pero la sola experiencia permite vislumbrar el alcance de sus posibilidades. ¡Te invitamos a ello!