Durante unas pequeñas vacaciones del recién finiquitado verano tuve el placer de estar unos días en Vigo acompañado de buenas amistades. En el tiempo que pasé por mi cuenta fui por primera vez consciente del hábito más o menos voluntario que practico últimamente en cualquier salida, un caótico formato turístico con el que solazarme. Para empezar, me sitúo en el centro de actividad comercial/social de la ciudad y comienzo con un simple paseo, sin más rumbo fijo que el que la vista me sugiere. Una dérive que dirían algunos, más física que intelectual, en la que el azar toma sorprendido las riendas de la realidad aliviando así el considerable peso de la toma racional de decisiones. No importa en qué dirección, el paisaje se vuelve mágico ante mis ojos, siempre interesante en sus detalles, seguramente por permitirme mirar a los árboles en lugar de tratar de ver el bosque.
Cuando me canso de esta rutina de peonza —de todo se aburre uno— o el tiempo empieza a apremiar, paso a un siguiente estado, también dominado por los instintos: una viciosa cacería cuyas piezas habituales son LPs y libros, de primera y segunda mano. En este caso particular tuve la suerte de contar con el consejo de Isabel Fernández, que me sugirió visitar la librería de segunda mano Coleccionista’s.
Entre los millares de ejemplares que sostienen sus baldas encuentra uno el goloso regusto que solo se obtiene en los mejores «vertederos» culturales. Un regodeo del que uno sale maldiciendo el reloj y planeando volver antes de dejar la ciudad, no siempre con fortuna.
Esta experiencia me llevó a pensar en lo poco conscientes que somos de spots como este cada vez que viajamos; ¡puede que ni tan siquiera conozcamos los de nuestra propia ciudad! A este triste hecho se une otro no menos triste: los medios de comunicación nos cuentan con frecuencia el negro destino de algunos de estos lugares tan imprescindibles, tan estrechamente relacionados con editoriales como la nuestra. ¿Estamos realmente condenados a ver como estos paraísos secretos mueren de inanición?
Son estos los motivos principales por los que vamos a comenzar en nuestra web la nueva sección que titula esta entrada, «Conoce la librería de tu barrio», en la cual trataremos de recomendaros periódicamente nuestras librerías favoritas de primera y segunda mano de todos los puntos de nuestra geografía. Publicaremos un pequeño perfil y una entrevista con los responsables de cada una de ellas, que nos contarán sus impresiones acerca del negocio. Si vivís cerca de ellas, visitadlas, dejaos llevar por el azar en su interior, solicitad ayuda al dependiente o disfrutad de una buena caza en silencio, o de un buen rato hojeando libros, pero por encima de todo no caigáis en la trampa del «a un clic de distancia». Parece una obviedad decir que la vida es un viaje mucho más enriquecedor si transitamos más allá de donde nos lleven esos clics, pero cada vez se hace más necesario recordarlo.
La primera entrega será en pocos días, no dudéis en dejar comentarios y enviarnos desde ya vuestras propias recomendaciones. Ah, y tampoco olvidéis suscribiros (en la página principal, columna de la derecha, segundo apartado) para recibir los nuevos contenidos de la web. Estamos seguros de que será una experiencia fructífera para vosotros, y no menos para nosotros.